A nuestro botifarró, por ejemplo, nos gusta ponerle la papada del cerdo, que es una parte muy noble del animal, y que antes se utilizaba para hacer la varia y para salar. Nuestro botifarró es un producto completamente natural, sin ninguna clase de aditivos. Para poneros un ejemplo. A menudo, en el proceso de elaboración de este embutido, hay quienes añaden cereales o agua, para incrementar el porcentaje de aprovechamiento del embutido. En nuestro caso, es todo lo contrario. No añadimos nada que pueda desvirtuar el resultado final y esto nos provoca una mengua en el producto, pero a cambio de un aumento considerable de la calidad y del sabor.

Los ingredientes que llevan nuestros botifarrons son los siguientes:

En cuanto a la carne: papada, carne magra y ventresca. Además de frit, sangre y cornes. En cuanto a las especies: sal, piñones, hinojo, pimienta buena, pimienta buena jamaica y canela. Una vez que se ha cocido el frit durante 3 horas y las cornes durante 90 minutos, se mezcla todo junto con la papada, la carne magra, la ventresca, la sangre, las cornes y las especies. Una vez se ha embutido, se tiene que dejar hervir durante 45 minutos. Una vez acabada, tenemos que templar el producto de una manera muy especial: cómo se hacía antiguamente, tapando los botifarrons con unas sábanas limpias. ¿Por qué? Porque de este modo el proceso de enfriamiento es más lento y, en consecuencia, los sabores de los ingredientes que hemos puesto se retienen mejor.

Como curiosidad, hay que decir que antiguamente los primeros botifarrons de nuestra comarca se hacían por Santa Tecla, cuando muchos inquers, incluidos nuestros antepasados, subían a pie hasta la aldea de Biniamar (Selva) para hacer los primeros botifarrons de la temporada. Esto también se repetía a la primera feria de Costitx.